Iumina la piel y refuerza su función barrera, reduciendo las rojeces y la sensación de tirantez. Combina técnicas como el drenaje linfático manual, una exfoliación suave que suaviza la textura de la piel, junto con el uso de prebióticos, ingredientes calmantes y antioxidantes para obtener una piel fuerte ante agresiones externas.

Ácido hialurónico, NIACINAMIDA y PANTENOL. piel jugosa, protegida e hidratada.

El ácido hialurónico actúa como una esponja ya que es capaz de contener hasta 1.000 veces su peso en agua, de ahí que ayude a mantener la óptima actividad de las células cutáneas y, por lo tanto, una mejor salud del rostro.

El tratamiento ideal es el que combina ácido hialurónico de diferentes pesos moleculares (para llegar a todas las capas de la piel) con un activador de acuaporinas, que son las proteínas encargadas de transportar el agua al corazón de la célula puesto que de poco sirve tener mucho ácido hialurónico si el agua no puede moverse libremente por las células.

Este efecto relleno repulpa la piel para una sensación jugosa, suave y luminosa. Al hidratar y aportar agua mejora las arrugas por deshidratación y hace que las pieles sensibles y reactivas estén fuertes y resistentes frente a las agresiones externas.

Vitaminas como la niacinamida o el pantenol son reconocidos activos naturales con evidencia científica calmante. A la vez que mejoran la función barrera tiene un efecto antiedad e iluminador.